Cuando un individuo sufre de oclusión al suplido de sangre a sus extremidades debido a la presencia de placas ateroscleróticas (ateromas) decimos que padece de Enfermedad Perifero-Arterial. Estos ateromas consisten de: colesterol que se deposita en la parte más inferior de nuestros vasos sanguíneos (la que está en contacto directo con la sangre circulante), entrando de manera directa o transportada por glóbulos blancos llenos del mismo. Además células de músculo liso vascular y tejido conectivo forma parte de los mismos. Esto va cerrando las arterias y en su forma más severa causa obstrucción.
Se estima que de 8 a 12 millones de norteamericanos sufren de esta condición. El síntoma más común se conoce como Claudicación Intermitente. Es el síntoma inicial y se describe como un dolor tipo calambre o sensación de cansancio que ocurre al caminar. Ocurre más frecuentemente en la pantorrilla, pero también puede presentarse en los pies, muslos, caderas o en los glúteos. Los síntomas se alivian rápidamente al reposar (usualmente en 1 a 5 minutos). El malestar es más grave cuando se camina rápido o se sube una “cuesta”. Estos síntomas se agravan de manera progresiva, acortando la distancia que la persona puede caminar hasta el extremo donde el dolor se presenta aún en reposo.
El nivel de la obstrucción arterial y la localización de la Claudicación Intermitente guardan una relación directa. Si la obstrucción es bien arriba en la cadera (Enfermedad de la Aorta y arterias Iliacas) el dolor se presenta en las nalgas, caderas, muslos y pantorrilla. Si es a un nivel más bajo (muslo-pierna) o enfermedad Femoro-Poplítea el dolor será en la pantorrilla. En los varones con enfermedad Aorto Iliaca, la impotencia es común.
Los métodos para diagnosticar esta condición incluyen la determinación no invasiva del índice de relación de Presión Sistólica del tobillo al brazo. La relación normal es de 95% o más (.95 o más). Un índice menor de .95 es diagnóstico de Enfermedad Perifero Arterial (E.P.A.). Los pacientes con síntomas (Claudicación Intermitente) tienen usualmente índices entre .40 y .90. Otros estudios diagnósticos como la Angiografía por Resonancia Magnética o la Angiografía por Catéter se reservan para los pacientes que son candidatos para revascularización (quirúrgica o por catéter con o sin stent [malla intravascular]). Otro estudio no-invasivo es el Duplex Arterial que nos ayuda a determinar la localización y severidad de las obstrucciones arteriales.
La Asociación Americana del Corazón, en su quinta conferencia preventiva aceptó que todo paciente con un índice “tobillo a brazo” de Presión Sistólica (I.T.B.) menor de .90 tiene enfermedad perifero arterial. Los pacientes mayores de 50 años de edad con riesgo intermedio para un evento cardiovascular en los próximos 10 años en base a sus factores de riesgo (10% a 20% de probabilidad de un evento en los próximos 10 años) se le deben hacer una prueba diagnóstica para detectar E.P.A. (aunque no presenten síntomas). Si su I.T.B. es menor de .90 su riesgo cardiovascular aumenta a más de 20% la probabilidad de un evento cardiovascular en los próximos 10 años. Esto equivale al mismo riesgo que tiene un individuo que padece enfermedad coronaria y/o que ha sufrido un infarto previo. Por esta razón se le debe tratar agresivamente sus factores de riesgo lo cual desalentadoramente no se ha establecido como práctica común al momento de escribir este resumen.
¿Qué debemos hacer? Los pacientes que sean fumadores, deben dejar de hacerlo radicalmente. Esto les prolongará la vida (distancia máxima de caminata) y disminuirá la necesidad de “bypass” en sus piernas así como la necesidad de amputación total o parcial de sus extremidades. Se deben tratar los lípidos (colesterol, triglicéridos) de su sangre, con la misma agresividad con que se trata al paciente asintomático. El beneficio mayor es que ayuda a disminuir la enfermedad cardio y cerebrovascular y la mortalidad asociada a la misma. El control de la hipertensión en estos pacientes así como el de la diabetes debe ser muy agresivo y las metas son las más bajas de todos los pacientes tratados para las mismas.
El mensaje más importante que debemos llevarnos sobre la Enfermedad Perifero-Arterial es que el tenerla (con o sin síntomas) aumenta significativamente nuestro riesgo cardiovascular. Que debemos ser muy agresivos en la modificación de nuestros factores de riesgo una vez la diagnosticamos. Que existen medicamentos como el Clopidogrel que tiene indicación en esta condición para disminuir los eventos vasculares en los pacientes que la padecen. Finalmente, que debemos sospechar la presencia de esta enfermedad en los pacientes de riesgo intermedio a severo y realizar las pruebas diagnósticas que sean apropiadas para poder proteger mejor a este grupo de la que es la causa más común de muerte en Puerto Rico y Estados Unidos la enfermedad cardiovascular.